Las fisuras dentales son grietas que se abren paso sobre la superficie del diente.
Se pueden producir por diferentes causas:
– Masticación En dientes sanos, las fisuras se pueden producir por realizar actividades como masticar hielo, caramelos, turrones duros u otros alimentos de notoria dureza.
– Temperatura También pueden producirse por cambios bruscos de temperatura en la boca.
– Bruxismo El hábito de bruxar desgasta la superficie del diente, lo que lo convierte en una pieza más vulnerable a las fisuras. Por otro lado, la propia presión producida durante el apretamiento también puede producir una fisura dental de forma espontánea.
– Traumatismo Un golpe en la boca por accidente, lesión deportiva o caída también puede provocar que algún diente se fisure o fracture.
Si experimentas cualquiera de los siguientes síntomas podría ser una señal de que existe una grieta en el diente:
– Dolor que va y viene.
– Dolor al morder o masticar.
-Sensibilidad al dulzor, al calor o al frío.
-Encías inflamadas alrededor del diente que duele.
El odontólogo puede recomendar soluciones como el sellado mediante una resina plástica o el tratamiento endodóntico si la grieta se extiende hacia la pulpa.
Si el diente, su raíz y su nervio están gravemente dañados, a veces la única opción es extraerlo.
El mejor tratamiento para las fisuras es intentar prevenirlas.
Ante la realización de un deporte de contacto o un trabajo, es importante usar un protector bucal. También es importante usar el sentido común y evitar comer alimentos que pueden provocar fisuras. Los dientes agrietados por rechinar durante el sueño o debido al estrés y la ansiedad requieren el uso de una férula de descarga.
El dolor que causa un diente fracturado es una señal para buscar ayuda, pide una cita con tu dentista.